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sábado, agosto 02, 2008

Día 5: De Nueva York a Chicago

Hoy toca traslado. Dejamos NY y nos dirigimos a Chicago. Nos marchamos de la Gran Manzana con la sensación general de que esperábamos algo más. No es que nos haya decepcionado pero quizá las expectativas fueran demasiado altas. No es una ciudad especialmente bonita, hay demasiada gente, ruido, coches, taxis, turistas, españoles, demasiados malos olores en algunas zonas que no esperábamos y que nos recuerdan a otro tipo de ciudades. Pero es una visita obligada, es como la capital del mundo. Hay muchas cosas que nos han impactado, pero sobre todo las vistas nocturnas de la ciudad, tanto las vistas del skyline de la zona sur de Manhatan desde Brooklyn, como Times Square de noche, como las impresionantes vistas desde la planta 86 del Empire State. Sólo por esto merece la pena la visita aunque hay muchos más.

Como digo nos marchamos hacia el aeropuerto de Newark situado en New Jersey, fuera del estado de Nueva York, en un suppershuttle. Allí, una vez más, no dejan de sorprendernos las exageradísimas medidas de seguridad. Esta vez incluso nos mandan descalzarnos y contemplamos como un anciano que viaja en silla de ruedas, es obligado a levantarse para pasar por el detector de metales y le tienen un buen rato de pie. En fin,.
Hasta ahora nos hemos encontrado con mucha gente que habla español (no digáis castellano porque no lo entenderían), lo cual nos ha facilitado las cosas. Me temo que a partir de ahora esto se complicará aunque espero que nuestro oído se vaya acostumbrando cada día más al inglés.

La visita a Chicago comienza bien. El hotel es un hotel como Dios manda a pesar de ser tan sólo de 2 estrellas. Muy lejos del hotelmasbienpensión de NY, aunque este último hizo su cometido. Estaba bastante limpio y se dormía de puta madre quizá debido a que llegábamos reventados todos los días.
Nada más llegar salimos a callejear y a tratar de aprovechar lo que nos quedaba del día. Casi de casualidad nos encontramos con el inicio de la Ruta 66. Desde aquí empezaremos nuestro viaje en coche el jueves hasta Los Ángeles. Llegamos al Millenium Park y nos encontramos con el Cloud Gate del arquitecto inglés de origen hindú Anish Kapoor. Se trata de una obra que por su forma la gente la conoce como The Bean, alubia en inglés. Es peculiar porque refleja todo lo de su alrededor. Así que nuestras cámaras echan humo, y la de César más. También hay muy cerca un auditorio al aire libre que por sus formas intuimos que es de Gehry y no nos equivocamos.
Continuamos paseando pero esta vez en los Trolley Bus, autobuses gratuitos que nos llevan a Navy Pier, una especie de centro de ocio americano situado en los muelles de la ciudad que no deja de ser como un centro comercial aunque su noria le da cierto encanto.
Terminamos el día subiendo al John Hancock Center, el tercer edificio más alto de la ciudad del que nos han dicho que tiene las mejores vistas y puede que así sea.
Volvemos al hotel por la Magnificent Mile con la intención de cenar previamente pero una tormenta nos obliga a entrar en el primer sitio que vemos que resulta que es un Mc Donalds. La amable camarera que nos atiende, que no se quita el polvorón de la boca mientras nos habla, nada más darnos la Mc Comida nos comunica que tenemos que salir, que ya es la hora de cierre. Así que no nos queda más remedio que refugiarnos a comer las hamburguesas en los soportales de un edificio junto a algunos homeless. Bonita manera de acabar el día.

2 comentarios:

McFer2k dijo...

Cuidado con lo que decís (me refiero a "En fin, como dijo alguno dan ganas de secuestrar un avión y ..." que estos americanos se toman cualquier cosa muy a la ligera y luego os retienen durante horas. Y no lo digo de coña.

Por cierto, estupendo lo de subir al Hancock Tower. Para mí es mucho mejor que el Sears... aunque sea más alto y tenga esos ascensores que aceleran más rápido que un Ferrari.

Aprovechad para ir a un bar en el que haya algún concierto de blues.

Astrabu dijo...

Lo quitamos por si las moscas