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lunes, septiembre 01, 2008

Día 16: Boulder City- Las Vegas- Beatty (Nevada)


En anteriores capítulos de “Lost” (in the USA):

Cinco intrépidos jóvenes viajan de una punta a otra de los Eh, Eh, Uh, Uh en un cañonerou. Pero el camino está lleno de peligros que hay que sortear… por ejemplo,
- ¿Qué clase de grifo tendrá el motel de esta noche? ¿Me helaré con agua fría hasta que logre descifrar como sale la caliente?
- ¿Qué tipo de taza habrá en el water? ¿Las de absorción (normal) o las de abducción (que arrastran todo al hiper-espacio con una velocidad tres veces superior a la de la luz)?
- ¿Qué diferencia hay entre un Hotel y un Motel? Aparte de la H y la M.

Las últimas noticias sobre ellos les situaban en un Hotel-Casino de Boulder City (Nevada), después de no haber podido realizar su tan ansiada excursión en helicóptero sobre el Gran Cañón…


Bueno, ya hemos abandonado la ruta 66 de manera definitiva, lo que no vamos a dejar es la ruta del colesterol.
Parece que hoy nadie ha despertado a nadie erróneamente. Aún así, Carlos persiste en sus problemas… hoy no le ha sonado el móvil/despertador.

Tras haber encontrado ese increíble hotel de Boulder City (a precio de motel) nos disponemos a desayunar en el mismo. Problema, entre pedir y que nos sirvan tardan más de 50 minutos. Nosotros nos lo engullimos en menos de 10 minutos. Por primera vez no ponemos ni un céntimo de propina.
Y por fin llegamos a Las Vegas, antro de perdición. Una ciudad llena de hoteles/casinos que por dentro son como parques de atracciones. Lo primero que nos sorprende al llegar es que vemos varias capillas para casarse. Bueno, eso lo conoce todo el mundo. Lo que no sabíamos es que también hay capillas “drive-trhu”, es decir, que te puedes casar desde el coche (romántico, ¿eh? Podría dar para la letra de una canción de Mana o La Oreja de Van Gogh). Yo me pregunto… ¿quién ordena a los sacerdotes que celebran estas bodas? ¿Carlos Jesús? ¿El padre Apeles?...

Las Vegas es una ciudad grande en medio de un desierto. ¿De dónde sacan el agua? Es un misterio. Ya en Galena (Kansas) le preguntamos a Rafa (camarero del restaurante de comida mexicana “Mi torito”, sito en la susodicha ciudad) y nos miró con cara rara (como pensando, de dónde vendrán estos pobres hombres). Nos comentó que “aquí” el agua sale por el grifo todo el año y que no sabe el origen.
El meollo de la ciudad se encuentra en Las vegas Boulevard (también conocido como “The Strip”) una calle muy larga en la que se encuentran gigantescos hoteles que también albergan casinos en su interior. En realidad, podría decirse que son como parques de atracciones o temáticos, que sirven para atraer a los jugadores (o turistas).
Por poner algún ejemplo, el “Luxor” es una pirámide y dentro está ambientado estilo antiguo Egipto; el “Paris-Las Vegas” tiene una reproducción de la torre Eiffel, del Arco del Triunfo y por dentro, el techo está pintado el cielo con nubecitas… ¡parece que es de día permanentemente!; el “Venetian” es parecido. Por dentro hay un canal con góndolas (y gondoleros) incluidas.
Así podría contaros de unos cuantos…

Este día hemos variado la táctica de ataque a la ciudad. Como es muy fácil no perderse (es ir recorriendo una calle) nos damos una hora y quedamos a la entrada de uno de los hoteles pero la visita la hacemos cada uno a nuestro ritmo. Luego comida y a la tarde seguimos igual, esta vez nos damos dos horas y media.
Comimos en el “Harley Davidson Café”, muy chulo. Decorado con motos y con unas camareras de escándalo. No sé que las dan de comer…
Nos pegan un buen puyazo y, por segunda vez en el viaje (que yo recuerde), nos incluyen la propina en la cuenta sin consultar (un 17%...). No me parece justo. Tendríamos que ser nosotros quienes decidamos en función del servicio.

Por cierto, estamos los cinco de acuerdo en que hemos visto cantidad de jamelgas por Las Vegas. Como todo el mundo sabe, los seres inertes y la mayoría de los seres vivos tienen tres dimensiones, exceptuando a la vaca que tiene 6 (delante, detrás, Izquierda, derecha, arriba y abajo y las mujeres que tienen cuatro. Pues bien, en Las Vegas, las mujeres tienen muy desarrollada la cuarta dimensión.
Da la impresión que aquí se puede pillar fijo (basta intentarlo).

Tras la quedada en el punto de encuentro de la tarde vemos alguno de los hoteles juntos (el “Venetian”). Decidimos que ya que estamos en Las vegas hay que apostar algo, ¿no?
El resultado fue el siguiente:
* César se encuentra un cuarto de dólar.
* Carlos echa 1 USA $ en las tragaperras con escaso éxito.
* Entre todos nos jugamos 20 USA $ en la ruleta. Repartimos las fichas y… mierda, sale el 2. ¿Cómo vamos a proseguir ahora el viaje si todos nuestros ahorros se han ido al carajo?
Afortunadamente, en nuestra mesa solo estábamos nosotros y el “crupier” (o como se llame la persona que atiende a la ruleta). Por cierto, era igualito que “el chino Kudeiro”.
Curiosamente, para poder jugar les pidió la identificación a Carlos y Miguel (no debía fiarse que fuesen mayores de edad) cuando son los más veteranos de nosotros.

Entre pitos y flautas salimos de las Vegas a eso de las 11:30 p.m. con dirección a Pahrump (es difícil de escribir pero más difícil es de pronunciar) y con idea de dormir allí. Después de lo de la noche anterior hemos preguntado en varios hoteles de Las Vegas a ver si hay algún chollo… pero nada. Todos completos (y son mega hoteles) salvo uno y cuesta 341 $ la habitación. Con lo que hemos perdido en las apuestas no nos lo podemos permitir.
Increíblemente, en Pahrump tampoco encontramos un motel con habitaciones libres, así que decidimos seguir camino hacia nuestro siguiente destino (Death Valley Nacional Park) y rezar para encontrar algún pueblo con moteles con plazas libres…
Todo lo que nos vamos encontrando esta cerrado.
Llegamos a un pueblo (Beatty, Nevada) que parece tener varias opciones. El primer motel está cerrado por obras. Probamos en el siguiente y justo cuando vamos a entrar se nos adelanta un coche… y cogen las tres habitaciones que quedaban libres. ¡Que mala pata!
En el siguiente motel nos dicen que tampoco tienen plazas pero nos ven tan desesperados (son casi las tres de la noche) que la chica de la recepción hace una llamada para ver si nos pueden dar 2 habitaciones en el motel del pueblo que estaba en obras. Bajo nuestra responsabilidad si pasa algo, nos dan las dos habitaciones. ¡Menos mal! Hay que ver el lado positivo, hemos hecho de noche el trayecto que habríamos tenido que hacer por la mañana. Podemos levantarnos un poco más tarde de lo habitual.

Y así termina la historia del día. Lo que suceda a partir de mañana nadie lo sabe.

1 comentarios:

Mario dijo...

Ojala que cuando vaya a Las vegas pueda a conocer alguna señorita como la foto. Si bien suelo ir a los hoteles baratos en las vegas eso no debería ser impedimento para vincularme con personas de todos lados. Seguramente serán unas excelentes vacaciones